Maracay-Fueron al menos ocho las granadas fragmentarias que se lanzaron en una reyerta entre reclusos del Centro Penitenciario de Aragua, en Tocorón, a las 5:45 de la mañana de ayer, y que dejaron un saldo de siete internos muertos y cinco heridos.
También se produjo un largo intercambio de disparos provenientes de la parte interna de los galpones 1 y 2.
Esta nueva masacre carcelaria es la más importante desde septiembre, cuando 18 reos murieron en la cárcel de Santa Ana, en Táchira.
En lo que va de año, según cifras extraoficiales, ya han fallecido 32 reclusos en las cárceles, a razón de dos cada tres días.
Los fallecidos fueron identificados como Simón Villarroel, Jonathan Rodríguez, Jhony Parra, Crosbi Hernández, Antonio Díaz y Jorman Alexander Agüero. El grupo de heridos, cinco en total, fueron trasladados al Hospital Central de Maracay (HCM), donde permanecen en delicado estado de salud.
Desesperación entre familiares
A media mañana arribó al recinto carcelario un equipo antiexplosivos, adscritos al Cicpc subdelegación Maracay, y un vehículo del departamento de patología forense, que desataron la desesperación de un grupo de familiares de internos concentrados en las afueras del penal.
Entre llanto, gritaban que querían ver a los internos, pues consideraron que estaban siendo maltratados. Exigían una comisión regional y nacional de los derechos humanos. Casi de manera inmediata, de la parte interna del centro penitenciario salió una camioneta, tipo pick up, de la policía científica cargada, en la parte trasera, con desperdicios y cajas de cartón.
"Allí van los muertos, tapados con basura", exclamó una de los familiares de los internos, quien dijo que en la cárcel de Tocorón los presos son tratados como "animales". Roselis Carrizales, una de los familiares, denunció que durante las requisas los internos "son desnudados en el sol y hasta les queman la ropa".
El director del penal, Eduardo Bracho, explicó que la reyerta se originó tras "una desavenencia" entre líderes del galpón 2 y el resto de la población penal de esa área, quienes no dudaron en hacerle frente, de manera violenta, a los dirigentes para apartarlos de la zona. Explicó que en ese momento la población interna en conflicto fue apoyada por otros presos desde el galpón número 1.
Al lugar arribaron cuatro camiones tipo convoy de la Guardia Nacional (GN) repletos de efectivos castrenses a fin de controlar la situación y realizar una requisa extraordinaria, la cual se extendió hasta la tarde.
Bracho resaltó que los cuerpos de las víctimas fatales presentaron múltiples impactos de bala así como perforaciones ocasionadas por esquirlas de los explosivos. Comentó que uno de ellos no logró ser identificado de manera inmediata, pues le estalló una granada muy cerca.
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