Saturday, October 13, 2007

Información sobre una situación irregular con la Policia Metropolitana (PM)La información que remitimos a continuación fue redactada por un compañero que presencio los hechos y cuya fidedigna fuente es incuestionable por nosotros. Historias como las que podrá leer a continuación, ocurren a diario en Venezuela y son secuelas del estado de descomposición de la sociedad, todo esto enmarcada en un supuesto “proceso revolucionario” que solamente evidencia el continuismo de las políticas y tácticas de la democracia burguesa de la 4ta Republica. Saque usted mismo sus propias conclusiones:

Información
“Bueno, no quiero parecer victima con lo que les escribiré ya que no fue algo tan grave lo que me pasó, grave fue lo que vi.

El día lunes, a eso de las 5:30pm salí de mi casa para dirigirme a un cibercafe muy cercano, y hacer algunas compras en el súper-mercado. Exactamente a una cuadra del ciber
[1], se encuentra la entrada principal del Hospital de Niños “JM de los Ríos” en la cual, a unos escasos metros, está ubicado un pequeño toldo de la Policía Metropolitana (PM).

Cruzo la calle y subo a una especie de isleta que divide los canales por donde circulan los carros, y veo un joven con actitud sospechosa, el cual iba hablando muy cómodamente por su teléfono celular. Yo iba detrás de él, pero al verlo, me bajo de la isleta y cruzo a la acera de mi derecha en la cual se encuentra el ciber, para evitar cualquier tipo de roce con él, ya que temía a que me buscara pleitos o intentara robarme. Al cruzar a la acera, iban caminando tres chicas vestidas de diversificado
[2], y yo marchaba tras de ellas. Al legar a la puerta del ciber, siento una voz fuerte de mando que me dice: “Hey, chamo. Párate ahí y dame tu cédula”, volteo y veo que era uno de los policías del toldo. Lo miro y sin miedo, suelto una risa que demuestra que él está confundido y que yo estoy fastidiado de los equivocados como él.

Luego el policía me dice que yo venía con otro chico de camisa roja porque el vio cuando el muchacho me saludó y el mismo le dijo que me conocía, yo tranquilamente le dije: “búscame a ese chamo y has que repita lo que te dijo pero en mi cara”, el policía acepta y en cuestión de segundos, aparece otro policía con el chico en cuestión, y para mi sorpresa era el mismo malandrín
[3] que esquivé en la isleta. Le pregunté al muchacho si él me conocía y dijo que no, cosa que es verdadera.
Uno de los pacos
[4] dijo que me llevaría a “Zona 7”[5] pero en su cara se veía que trataba de intimidarme. Subimos al toldo donde se encontraban el resto de los policías y su inspector. Me ordenaron vaciar mis bolsillos y poner todo en la mesa, me revisaron hasta las medias al igual que al otro muchacho. Me piden que desbloquee mi teléfono celular y me lo revisan, me imagino que era para saber si era mío propio. Al otro chico le hacen el mismo procedimiento pero se percatan de que su celular dice: “Inserte tarjeta SIM”, o sea, no tenía su chip funcional. Uno de los policías se molesta demasiado y le dice: “esta mierda no tiene chip, ¿cómo venías hablando? ¿crees que somos gafos?”, el chamo demasiado asustado le dice la mayor mentira: “iba a comprarlo”. Los pacos súper molestos le ordenan al chico que se arrodille de manera de que ninguno de los peatones vea lo que sucede, mientras a mí me hacen preguntas tontas como: ¿dónde vives? ¿Qué haces? ¿Por qué mi cedula está en mal estado? ¿a dónde me dirijo? Si mi cedula dice que la saqué en el año 2001, ¿cuándo demonios se vence, porque el año de caducidad no se lee?, le dije: “todos sabemos muy bien que una C.I. dura 10 años, la mía obviamente se vence en el 2011 y no se ve la fecha de vencimiento por error de fábrica”. Por sus radios comienzan a investigarme y a anotar mis datos. Al chico le hacían muchas preguntas y le ordenan quitarse los zapatos. En eso, ya unos minutos antes de irme, el policía que me detiene, arranca una pata de la mesa plástica y de la misma, saca droga. Me ve y se ríe como cosa de chiste mientras yo muevo mi cabeza en sentido de negación. Toma la droga y se la ponen al chico, agarran la pata de la mesa y comienzan a golpearlo. Me asusté demasiado. Creí que me meterían a mí en ese asunto. Pasan menos de 5 minutos y me ordenan irme lo más pronto posible. Agarré mis cosas y me fui.

Nunca antes había visto algo así. El descaro por parte de los “cuerpo de seguridad” y sus cobardes montajes. ¿Hasta cuando seguiremos aguantando las mentiras de esta supuesta Revolución Bolivariana?”

¿Qué debemos aprender?
Situaciones como estas ocurren a diario y solo sirven para desmontar el mito evangelizador del chavismo. La Policía Metropolitana fue celebre en la década de los 90’as como organismo represor, fueron ellos los que asesinaron a mas de 50 estudiantes durante los años de tensión social que se vivieron entre 1990 hasta 1993. Muchos de los actuales jerarcas del gobierno fueron reprimidos por la PM.

También fue este órgano policial el que contribuyo junto al ejército nacional, ahora bolivariano, en reprimir con brutalidad los sucesos del “Caracazo” muchas veces masacrando y matando civiles que se encontraban en la calle durante los saqueos o en la comodidad de sus casas esperando que las tormentas pasaran.

Basta con recordar a los infames “pantaneros” fracción de la PM, encargada de la profilaxia social en los barrios caraqueños. Esa misma policía ahora catalogada de “revolucionaria” y en la cual coexisten varios simpatizantes del oficialismo y sobre todo del partido “Tupamaro”.

La PM, la reforma constitucional, el ejército ahora convertido en bolivariano y por consiguiente en “revolucionario” son algunas de las múltiples ficciones que se viven aquí en Venezuela.

El chavismo es el continuismo de las viejas políticas neoliberales pero maquilladas de color rojo. Camaleones entre camaleones. Cruz Negra Anarquista de Venezuela y los Andes.

[1] Forma coloquial de llamar al cibercafe, espacio donde la gente puede acceder a Internet pagando una modesta retribución monetaria.
[2] Diversificado son los últimos dos años de bachillerato.
[3] Forma criolla para referirse a persona que delinque para vivir.
[4] Forma de referirse a los policías de la PM
[5] Lugar de Caracas donde son ingresados las personas que han cometido delitos antes de ser trasladados a un centro de reclusión.

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