Thursday, April 26, 2007

En Catia se enfrentan pobres contra pobres (Venezuela)

Extraido del Indymedia Venezuela y escrito por Radar de los Barrios - 16.04.2007 14:09

Detras de la propaganda y las mixtificaciones, un pueblo lucha y sufre...

Por los lados del sector Gramoven se verifica una caricatura de “lucha de clases”: Con el apoyo del Núcleo Endógeno Fabricio Ojeda, un grupo de personas, inquilinos y “arrimados”, acusa a los propietarios de humildes viviendas de ser “los ricos”, y se enfrentan a ellos. Los supuestos ricos son fundadores del barrio que tras décadas de esfuerzo han construido sus casas, que constituyen su único patrimonio. Unos y otros son vecinos del mismo sector, y enfrentan los mismos problemas de servicios deficientes, inseguridad y abandono. El barrio Federico Quiroz es una de las tantas caras de un país amargamente dividido.

“Buenos días a Venezuela toda, desde aquí, desde Gramoven, un abrazo a Gramoven, un abrazo a esta Catia, a esta Caracas revolucionaria”. Así inició hace 20 meses su programa televisivo “Aló Presidente” el Presidente Hugo Chávez, con su acostumbrado lenguaje enérgico y su también acostumbrado retraso, el domingo 31 de Julio de 2005.

Antes de las elecciones, el pueblo recibe un aplauso…
Tras saludar a los funcionarios que le acompañaban, el Jefe del Estado elogió el paisaje que le rodeaba: “Que maravillosa vista, al fondo el Ávila y allá están, pues, el pueblo y su hábitat, su rancho, su vivienda, su sueño…. Todo esto es 23 de enero, Casalta, Propatria, Lomas de Urdaneta, los Magallanes de Catia, por allá está La Planicie, Altavista, y más allá, bajando, está el Palacio de Miraflores, Ruperto Lugo. ¡Bueno, vamos a darle un aplauso a toda esta gente de aquí, del oeste de Caracas, de Catia, desde el Núcleo Endógeno Fabricio Ojeda”.

Hecha la descripción de ese paisaje -todavía sin viaducto caído, todavía sin “trocha”, todavía sin el amargo éxodo del Barrio Nueva Esparta-, los asistentes en efecto aplaudieron pero algunos, los que de verdad vivían en el lugar, lo hicieron perturbados por una duda: “¿Cómo es posible”, pensaron, “que mi Presidente haya nombrado hasta al Palacio de Miraflores, que ni se ve desde aquí, y no haya nombrado a Federico Quiroz, que es el barrio donde estamos, que es nuestro barrio?” “¿Será casualidad? ¿Será que se le pasó?”, se preguntaron, para luego regalarse una vez más la esperanza: “Seguro que fue sólo un error de quienes le escriben los cartoncitos esos”.

Y tras aceptar una vez más la repetida excusa de que “la culpa la tiene otro”, los habitantes del Barrio Federico Quiróz pasaron largas horas deleitándose con los regaños del presidente a sus ministros, y escuchando las maravillas que traería, en materia de empleo y calidad de vida, la puesta en funcionamiento en ese sector del Núcleo Endógeno Fabricio Ojeda, vitrina del nuevo modelo económico y “niña de los ojos” del Jefe del Estado.

Así transcurrió el “Aló Presidente” número 230, realizado exactamente un semana antes de las elecciones en que se elegirían 2.389 concejales y 3.207 integrantes de juntas parroquiales, el domingo 7 de agosto de 2005.

Después de las elecciones, el pueblo recibe la amenaza…

El programa “Aló, Presidente” número 263, transmitido en vivo durante 5 horas y cincuenta minutos el domingo 21 de enero de 2007, fue muy distinto a aquel emitido el 31 de julio de 2005 desde Gramoven.

La primera diferencia notoria fue la locación: adiós a los espacios abiertos, adiós al contacto cercano con el pueblo. El programa 263, el primero después de las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006, se transmitió desde el lujoso Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores. Ese día el único contacto con el exterior fue una conexión vía microondas con el Vice-presidente Jorge Rodríguez, que desde Delta Amacuro reportó el hallazgo de unas cooperativas fraudulentas y unas obras inconclusas.

“No había que ir tan lejos para descubrir lo que abunda”, pensó Willian Requejo, un electricista vecino del Barrio Federico Quiroz, mientras veía al funcionario que, cual diligente muchacho de mandado, rendía cuentas ante el Presidente. Requejo se mantuvo impasible frente al televisor cuando el presidente anunció el aumento de la gasolina argumentando que “para venderla como la estamos vendiendo, mejor es regalarla”. Willian sólo comentó a su esposa: “Dentro de una semana dirán que están haciendo estudios, dentro de quince días dirán que es sólo una propuesta, después vendrá otro escándalo y no se hablara más de esto”.

Ya el Jefe del Estado había afirmado que la elección presidencial de Rafael Correa en Ecuador y la de Daniel Ortega en Nicaragua eran, junto a su propia reelección en diciembre pasado, “un triple play que le había clavado la izquierda al gobierno de Bush”. El electricista saludó el comentario con un bostezo, y su mano tanteó en el sofá buscando el control remoto, casi decidido ya a cambiar de canal. Pero de repente, su mano se paralizó. En la pantalla el presidente hablaba con el Ministro de Vivienda Ramón Carrizales sobre una urbanización que iban a construir, “Ciudad del Indio”, para donde iban a trasladar “a la gente de esos barrios que están, bueno, que se están cayendo”.

“Es un riesgo permanente, como era el barrio Nueva Esparta por ejemplo” dijo el Jefe del Estado….”Hay otro que está al ladito ¿Cómo se llama?”, “¿Federico Quiroz?” respondió en forma de pregunta un asistente no identificado. “¡Federico Quiroz!”, asintió Chávez, “el que está pegadito al Núcleo Endógeno. Ese barrio... yo no sé qué dicen los estudios, pero a todas luces uno lo ve, oye... ¿Ah?”…” “Se está hundiendo”, volvió a acotar el mismo asistente, que ni se vio en pantalla ni fue identificado en la transcripción del Ministerio de Información y Comunicación.

“¿Se está hundiendo?”, dijo el presidente, para responderse a si mismo: “Claro, pero si es la misma zona”. Tras otros balbuceos sobre la posibilidad de que una supuesta falla geológica afectará también al Núcleo Endógeno Fabricio Ojeda, el Jefe del Estado concluyó que “a lo mejor ustedes, habitantes de la comunidad del barrio Federico Quiroz, a lo mejor ustedes tienen que salir de ahí, todos”. Pensativo, Requejo apagó el televisor, y se quedó callado.

“¿Qué te pasa, mi amor?”, le preguntó su esposa desde la cocina, extrañada por el silencio. “Nada, mija, que el Presidente, con todo y sus buenas intenciones, acaba de tener otra idea repentina, y se nos va a acabar la poca paz que nos quedaba”, respondió. Pobres contra pobres, en nombre del “socialismo” Cuando se emiten desde el poder, las palabras generan realidades, producen consecuencias. Eso es algo que la sabiduría popular sabe, y teme.

También es algo que la irresponsabilidad de los gobernantes generalmente ignora. Cuando el Presidente Chávez, a pesar de reconocer que “no sé qué dicen los estudios”, termina afirmando que “a lo mejor los habitantes de Federico Quiroz tienen que salir de allí, todos”, abrió en el barrio una zona de incertidumbre que muchos vieron como fuente de angustia… y que algunos intentaron convertir en “oportunidad”.

Efectivamente, en el barrio comenzó a desarrollarse una dinámica extraña, una suerte de parodia o caricatura de “lucha de clases”. Solo que en vez de ser una confrontación de “pobres contra ricos”, es en realidad un enfrentamiento de pobres contra pobres: Un grupo de personas, que residen en la zona en calidad de inquilinos o “arrimados”, vieron en el anuncio presidencial de desalojo la posibilidad de hacerse por fin de una casa propia.

Surge así el llamado “Frente Socialista Bolivariano por una Vivienda Digna”, dirigido por los ciudadanos Donato Condoni y Alicia Navarro, organización que ve “con agrado” la perspectiva del desalojo, y la promueve. “La gente no se puede aferrar a decir de aquí no salgo de ninguna manera”, declaró el señor Condoni al programa “Del Dicho al Hecho” por Radio Caracas Radio, el pasado miércoles 28 de febrero.

“Hay que ser conciente. Las viviendas que estén en situación de riesgo tienen que salir. Lo importante es que se le garantice a quienes salgan una vivienda digna en otro sitio”. Esa es justamente la perspectiva que ponen en duda quienes viven en el sector desde hace más de 40 años: “Todavía hay gente damnificada de la tragedia de 1999, buscando donde meterse o rebotando por allí, con sus hijos a cuestas, de refugio en refugio. ¿Cómo vamos nosotros a salir de nuestras casas, buenas casas de dos y tres pisos, con platabanda y bases sólidas, detrás de una promesa?”.

La pregunta se la hace Norkys Salcedo, una hermosa mujer de verbo chispeante y mirada inteligente, que tiene más de treinta años viviendo en el sector. Allí tuvo una hija, que en realidad parece su hermana. Ésta a su vez ya le dio una nieta. “Si los ranchos son como estos, ¡Que vivan los ranchos!”, afirma en forma contundente, para luego explicar que “el presidente esta mal informado. Esta es una comunidad estable, sólida, que en la inmensa mayoría de su territorio no presenta situaciones de riesgo geológico ni de riesgo hidráulico. Las áreas de riesgo son pequeñas y están perfectamente ubicadas: son unas pocas zonas que están cerca del borde del cerro, frente a la autopista Caracas-La Guaira, donde está la pantalla atirantada, y el sector llamado El Hueco”.

Para Norkys, “el barrio no se está cayendo, eso es mentira”, y exhibe como prueba de ello su argumento más contundente: “Si esto se estuviera hundiendo el Gobierno estuviera sacando de aquí el Núcleo Fabricio Ojeda, y eso no esta ocurriendo, ¿Verdad?”. Efectivamente, el Núcleo Endógeno Fabricio Ojeda no esta siendo desalojado, pero si esta siendo utilizado como base de operaciones de quienes favorecen el desalojo del barrio. Allí se ha realizado reuniones hasta con la Vice Ministra de Vivienda y Hábitat Edith Gómez, y los vecinos que no están de acuerdo con el desalojo denuncian que ellos nunca han sido convocados. La lucha de pobres contra pobres, azuzada por la irresponsabilidad verbal del poder, está lamentablemente en marcha. “La verdadera lucha es pueblo contra burócratas…”

Los dirigentes comunitarios saben que la coartada más utilizada por los burócratas para descalificar los reclamos de la base popular es señalar a sus voceros como “escuálidos”, olvidando perversamente que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela prohíbe en sus artículos 19 y 21 toda forma de discriminación, y que esa misma Carta Magna en sus artículos 62 y 70 preserva el derecho a la participación de TODOS los venezolanos. Quizá por eso los voceros comunitarios Lisset Naranjo y Nelson Mora, miembros del Comité de Tierras Urbanas y promotores del Consejo Comunal del Barrio Federico Quiroz, se curan en salud y advierten: “Somos chavistas y seguimos los lineamientos de nuestro Presidente”, para luego agregar, tajantes: “pero precisamente por eso no vamos a permitir que por una mala información y una manipulación se vaya a acabar con un barrio que no sólo es el asiento de nuestras familias, sino que forma parte del patrimonio físico y espiritual de Catia y de toda Caracas”.

Mora es explícito: “El Presidente nos ha dado las herramientas para organizarnos. Estamos aquí cumpliendo sus lineamientos, en relación a la activación del Quinto Motor Constituyente, que es la explosión del Poder Comunal”. Los vecinos opuestos al desalojo se han incorporado masivamente a la organización de los consejos comunales, mientras que el grupo de inquilinos que desde el Núcleo Endógeno Fabricio Ojeda promueve el desalojo del barrio han creado una estructura (el llamado “Frente Socialista Bolivariano por una Vivienda Digna”) “sin ningún sustento legal”. Naranjo acusa a este Frente de “desconocer la institucionalidad de los Comités de Tierra y de los Consejos Comunales”, y de inmediato tiende un puente: “No estamos en contra de que quienes no tengan vivienda consigan una. Incluso los apoyamos.

Es lógico ese interés por parte de quienes están hoy en condición de inquilinos. Pero para que unos tengan vivienda propia no se puede acabar con todo un barrio. Eso no es pensar en el colectivo. Eso no es socialismo”. Jaime Cruz, recién encargado de la presidencia de la Junta Parroquial, también jugó cuadro cerrado con la mayoría de sus vecinos: “Aquí ya vino el Director de Riesgo de la Alcaldía de Libertador, Ingeniero José Gregorio Delgado, y con una comisión técnica realizó una evaluación de riesgo. También estuvo una comisión de la Presidencia de la República. Ambas determinaron que no existe justificación ni razón técnica alguna para el desalojo del Barrio Federico Quiroz”. Para Willian Requejo, que ademas de vecino del sector es miembro de la Asociación Civil Radar de los Barrios, toda esta situación pone de manifiesto la necesidad de que las comunidades se eduquen, se informen y se organicen: “Todos los gobiernos han querido tratar al pueblo como animalitos amaestrados, como clientela electoral.

Eso se acabó. Quienes pensaron que los Consejos Comunales sólo servirían para uniformar a la gente y llevarla a aplaudir en el Teatro Teresa Carreño, se equivocaron. En la base, en el barrio, chavistas y opositores, magallaneros y caraquistas, tirios y troyanos, estamos claros que nuestra pelea es contra los burócratas que desprecian a la gente y que viven el poder como un botín. No podemos permitir que nos sigan dividiendo, pues solo si el pueblo esta dividido y fanatizado los burócratas tienen chance de ganarnos”.

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